Tratamiento Celular Regenerativo
Desde la joven modelo hasta el anciano jubilado, desde el atleta de élite hasta el guerrero de fin de semana, pasando por el paciente inmunocomprometido y el paciente con comorbilidades, los profesionales de la salud buscan constantemente formas de controlar el dolor y acelerar el proceso de curación. Se ha demostrado que el uso de diferentes terapias de medicina regenerativa ofrece numerosas ventajas significativas, incluidos mejores resultados generales.
¿Qué es la Medicina Regenerativa?
La medicina regenerativa es un campo que combina la ingeniería de tejidos y la biología molecular para abordar el proceso de reemplazo, ingeniería o regeneración de células, tejidos u órganos humanos con el fin de restaurar o establecer una función normal. Cuando nuestros cuerpos resultan heridos o afectados por una enfermedad, tienen una respuesta natural para curarse y defenderse. Aprovechar y mejorar las propias capacidades regenerativas del cuerpo es una práctica médica que está a la vanguardia de los avances actuales. Las propiedades de la medicina regenerativa pueden parecer milagrosas para quienes se benefician de ella. Sin embargo, este “milagro” es el resultado de una exploración científica que ha comenzado a desbloquear y utilizar la notable capacidad del cuerpo para curarse y restaurarse a sí mismo.
¿De dónde provienen las células madre?
Actualmente existen dos métodos diferentes que las personas utilizan para recibir tratamientos regenerativos en los Estados Unidos. El primero se llama AUTÓLOGO, lo que significa que proviene directamente del paciente que está siendo tratado. El segundo se llama ALOGENÉICO, lo que significa que el producto es donado por un donante de la misma especie, en este caso, otro ser humano.
Nuestro enfoque actual está en productos derivados del tejido perinatal. Estos productos se obtienen de madres sanas y cuidadosamente examinadas en el momento de la cesárea programada. El consentimiento se obtiene aproximadamente en el octavo mes de embarazo y los criterios para la donación los establecen la Administración de Alimentos y Medicamentos, el Centro para el Control de Enfermedades y la Asociación Estadounidense de Bancos de Tejidos. Los criterios incluyen un examen médico y social exhaustivo, así como un panel completo de pruebas serológicas para garantizar que el donante esté libre de enfermedades transmisibles.
En el momento del nacimiento, un técnico capacitado estará presente para recolectar el líquido amniótico, la placenta y el cordón umbilical, que luego se envían a las instalaciones de procesamiento. Allí, serán cultivados, procesados y analizados nuevamente antes de ser liberados para uso clínico. Nuestros productos se obtienen a partir de esta recuperación por cesárea y están destinados a un uso homólogo.
La postura de la FDA es que si planea utilizar este tipo de tejidos, deben someterse a una manipulación mínima. Esto significa que durante el procesamiento del tejido en el laboratorio no se permiten cambios, adiciones ni restas. El tejido debe usarse en su estado original, que contiene diversos componentes como MSC, factores de crecimiento, citocinas, quimiocinas y otras sustancias beneficiosas para la curación. Sin embargo, el tejido también contiene restos celulares innecesarios.
El punto clave aquí es que normalmente sólo hay unos pocos millones de MSC por CC. Si está leyendo esto, es probable que usted o un ser querido tenga una afección que requiera cientos de millones de MSC, no solo varios millones. Dado que los laboratorios de Estados Unidos no pueden manipular estos tejidos, no pueden producir un producto diseñado específicamente para tratamientos intravenosos. En consecuencia, la FDA desaconseja el uso de estos tejidos para tratamientos sistémicos o para el tratamiento del sistema nervioso central (SNC). Como resultado, recibir tratamientos intravenosos con células madre dentro de los Estados Unidos no es una opción para este tipo de afecciones.
Nuestros cuerpos son una fuente de células madre
Cuando nacemos, la investigación realizada por el Dr. Caplan sobre las células de la médula ósea sugiere que tenemos aproximadamente una célula de cada 10.000 células. Sin embargo, a medida que envejecemos, la proporción de MSC (células madre mesenquimales) con respecto a otras células disminuye.
Cuando lleguemos a los 50, tendremos un MSC viable por cada 400.000 otras células. Teniendo en cuenta que las MSC desempeñan un papel en los procesos de curación naturales de nuestro cuerpo, resulta evidente que nuestro potencial para curarnos, arreglarnos o repararnos a nosotros mismos disminuye en un factor de 40 en comparación con cuando nacimos.
A la edad de 80 años, la proporción es de aproximadamente 1 MSC por cada 2.000.000 de células. Esto indica que la capacidad de nuestro cuerpo para regenerarse o repararse a sí mismo disminuye en un factor de 200. Vale la pena señalar que la disminución del número de MSC a medida que envejecemos tiene implicaciones para nuestra capacidad regenerativa general.